Para muchos gobiernos y organizaciones no gubernamentales es incómodo pensar en las niñas adolescentes al combinar un desarrollo físico - sexual con una vulnerabilidad no adulta. Los donantes encuentran más fácil donar a programas para niños infantes o para mujeres adultas, que lidiar con la complejidad y controversia de una edad que oscila entre la infancia y la madurez.
Sin embargo, se ha comprobado que el impacto de los apoyos de los programas de desarrollo para adolescentes es altamente positivo y multiplicador. Por ejemplo, al invertir en la educación de una niña en África Subsahariana ésta será tres veces menos propensa a adquirir VIH, tendrá 25% más ingresos, de los cuales invertirá el 90% en su familia, tendrá una familia más pequeña y tendrá 40% más probabilidades de que sus hijos sobrevivan los 5 años de edad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario